domingo, 22 de marzo de 2020

9º DÍA DE CUARENTENA

Buscando desesperadamente una vacuna, de aplicación obligatoria en los electores, contra la imbecilidad.

Me levanté con ánimo guerrero y en cuanto desayuné me lancé a vengar a los hermanos caídos la víspera en el Space Hulk. Mission accomplished, hay que llorar al hermano Deino y al hermano sargento Lorenzo. Lucharon hasta el final, pero su sacrificio no fue en vano.
La partida se desarrolló muy bien desde el principio, en la tercera localización cayó Denio,  una baja esperable y asumible, todo iba OK hasta que el la penúltima ronda Lorenzo fue eliminado, y eso que tenía tres contadores de apoyo y únicamente se enfrentaba a 2 xenos. En fin, las cosas de los dados... Menos mal que la partida ya estaba muy decantada a mi favor porque ambos jugadores son del mismo equipo, con lo que me quedé con una acción menos por turno, y eso se nota mucho.

Después de esta partida considero que ya tengo dominados los conceptos y mecánicas del juego, así que paso al siguiente nivel. Hasta ahora estaba jugando a un modo "autoprediseñado" en el que había escogido los equipos que consideraba más potentes, equilibrados y cuyas sinergias me parecían las más interesantes. También había retirado las localizaciones más difíciles, y las hay muy, muy chungas... Las próximas partidas serán totalmente al azar, tanto en las localizaciones como en los equipos que participen en la misión, con lo que será mucho más difícil. Pero, ¿quién dijo miedo?

Antes de comer eché tres partidas en "modo difícil". La primera se saldó con derrota en la penúltima localización. La segunda con una masacre sin lograr tan siquiera un mísero desplazamiento. En cambio, la tercera fue un éxito, únicamente lamentar la baja del hermano Denio, está gafado el tío. Pese a que gestioné correctamente las acciones y tuve algo de suerte con las cartas no pude relajarme hasta que no completé la misión. Como ya he comentado, en este juego, un instante es suficiente para cambiar el curso de la batalla. Eso es lo mejor del Space Hulk; lo impredecible del mismo, unido con su dificultad exponencial. Únicamente jugando bien tienes alguna opción de ganar. 


Por la tarde me dediqué a la pintura de miniaturas de 40k. No estaba especialmente motivado, por lo que me limité a darle una primera capa de rojo y discurrir dónde y cómo voy a ir empleando los diferentes colores en la mini. Mañana más, si me doy prisa puede que acabe con el color rojo de base. 



A eso de las 17:00 acabé el Hombre de los círculos azules, del que ya sólo me quedaban 30 páginas. Un libro interesante, aunque no es el que más me ha gustado de la autora. Si tuviera que recomendar uno suyo sería "Huye rápido, vete lejos". El título es una traducción libre del llamado "remedio de los tres adverbios" frente a la peste negra, cuyo acrónimo en latín, CLT, he adoptado para mi equipo de la Death Guard de Kill Team. Sí, el mundo está lleno de detalles que hacen la vida más interesante.


Antes de la hora del aplauso jugué un par de partidas online al Keyforge, gané las dos con bastante solvencia. Le estoy cogiendo el truco a este mazo. Ya comenté en una entrada anterior que juego bastantes partidas seguidas con el mismo mazo antes de cambiarlo por otro. Ésto me permite conocer las cartas y los posibles combos. Lo noto bastante, por lo general no empiezo a sacar rendimiento a los mazos hasta que no llevo unas 10 partidas con ellos. Repito que no juego demasiado y las cartas nuevas son un misterio para mi. Al hilo de ésto; otra cosa que me ha parecido bastante frustrante de este juego es que de no tengo ningún mazo con cartas de las casas que aparecieron nuevas en "Mundos en colisión". La verdad es que no tengo muchos mazos, sólo 3, pero otros colegas tuvieron que comprar bastantes para poder contar con una de las nuevas casas. Supongo que ésto va más allá de una cuestión meramente estadística, por eso me parece un poco lamentable.



A última hora me iba a poner con las instrucciones del Watergate, juego que tengo aún sin desprecintar, a ver si con un poco de suerte engañaba a mi esposa y jugábamos unas partidas en estos días, pero al ver la programación de la TV descubrí que en La 3 ponían una película que en su día me quedé con muchas ganas de ver en el cine; La isla mínima. Parece que en estos días de reclusión los programadores de televisión se están apiadando de nosotros y, por fin, sacan del baúl de los recuerdos cosas que valen la pena.



Cuídate mucho. Un saludo.

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