30º DÍA DE CUARENTENA
Ya sólo faltan horas para que llegue el sol a nuestra ventana, Olivia.
Hoy he pasado buena parte del día dándole a El señor de los anillos, el juego de cartas. La verdad es que el juego es muy adictivo, pasan las horas sin darte cuenta.
Después de unas cuantas partidas estoy en condiciones de confirmar las sensaciones que avancé ayer; el juego está muy bien, pero le sigo viendo la pega de la disparidad entre las partidas. Cierto que es, en general, un juego complejo, a esto no le veo más inconveniente. Lo que no me gusta es que si no te acabas haciendo rápidamente con una buena parte de la cartas clave de tu mazo es casi imposible que acabes la partida con éxito, y si además el mazo de encuentros te juega una mala pasada, ni te cuento... Es verdad que puedes agudizar el ingenio para ir tirando, pero nada más. Desistes, porque tras unas cuantas partidas ya sabes que es misión imposible acabar lo que mal empieza. En estas circunstancias estás abocado al fracaso, ya que se va poniendo todo muy cuesta arriba y es imposible sacarlo si no tienes las cartas. El juego no te da otras opciones, herramientas o caminos alternativos, cara o cruz. En buena medida estás en manos de azar. Es posible que en las múltiples expansiones que, a lo largo de 10 años de vida que tiene, han ido saliendo, se encuentre la solución a este hándicap.
Por la tarde jugamos la partida que teníamos pendiente a Topito. Lo volvimos a pasar muy bien, especialmente cuando nos entró la risa floja a la hora de mover los bloques de madera. ¡Qué momentos! Una partidas bien jugadas; me costó más ganar a La señora del anillo, que a El señor del anillo, el juego de cartas;)
Cuídate mucho. Un saludo.
Nunca te acuerdas de hacer alguna foto de tus partidas.
ResponderEliminarYa, lo siento...
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