jueves, 19 de marzo de 2020

Día 6º de la cuarentena


Hoy he pasado buena parte del día jugando. El resumen es el siguiente:

Después de comer jugué tres partidas al Keyforge online, gané dos y perdí una. Tuve suerte, no con las cartas, sino con los oponentes: parecían tíos legales que jugaban con su propio mazo y no con uno de esos pirateados que tanto abundan por las redes.



La verdad es que el juego está bien, muy bien incluso, pero no puedo por menos que ponerle varias pegas:



-La disparidad de los mazos: la diferencia entre un mazo bueno y otro malo es abismal. Es casi imposible ganar si tienes un mazo muy malo. Quizá deberían replantearse el hecho de crear los mazos totalmente al azar, si es que realmente los hacen así*.

Bueno este problema puede convertirse en una ventaja en aquellas modalidades de torneo en los que tu oponente juega con tu mazo. Esta es una idea genial, tanto para dar salida a estos mazos como por ser el perfecto antídoto contra los llorones.


-Las oportunidades de jugar partidas presenciales, al menos en ciudades pequeñas como la mía, son escasas y si tienes la mala suerte, como tengo yo, de tener en tu grupo de juego un tío resabiado y borde, pues ya ni te cuento... A mi dificilmente me pillan en otra.



-Las partidas online son la solución a los problemas anteriormente descritos, pero no la panacea; muchos mazos son terriblemente buenos, ¿de dónde los sacan? ¡Yo quiero uno así!, pero no para machacar a los demás, sino para jugar contra uno tan bueno como el mío. La verdad es que no sé qué tipo de satisfacción puede dar ganar cuando la diferencia de mazos es tan grande. Supongo que es una reminiscencia del bullying en la edad adulta.



Otros aspectos que no me acaban de convencer, pero por cuestiones meramente personales, son que:



-Hay mogollón de cartas diferentes y está de camino una nueva caja básica que dará paso a la nueva temporada con más cartas nuevas, casas, acciones... Conocerlas todas y dominar el juego lleva mucho tiempo. En mi caso eso no es posible ya que no me gusta centrarme en un único juego, sino simultanear varios a lo largo de la semana. Ya se sabe: hombre de muchos oficios pobre seguro. Ese pobre soy yo.

La verdad es que si hubiera pocas cartas el juego sería peor y más aburrido. Conclusión: quizá debería cambiar la forma de acercarme a los juegos de mesa.


-Otro defecto, pero este lo debo imputar totalmente a mi forma de entender el juego, es que me gusta exprimir los mazos al máximo y me impongo jugar, al menos, 40 partidas antes de estrenar otro. Como comprenderás si el mazo es malo, las 40 partidas se hacen más largas que un día sin pan.

Sí, soy muy agarrado.


Más tarde, y ya merendado, me puse a jugar en solitario un Pandemic. Visto con humor negro no se me ocurre un juego más apropiado para estos días.

Hace mucho tiempo que ya casi solo compro juegos que tienen modalidad de solitario, ya que mi esposa no es muy jugona y la verdad es que tiene poco tiempo libre.


Es un juego bastante adictivo y te va metiendo una tensión creciente a medida que avanza la partida que lo hace muy entretenido, aunque puede llegar a agobiar un poco. La verdad es que me cuesta bastante ganar, espero que los científicos que luchan contrarreloj por buscar la vacuna contra el coronavirus no sean tan torpes como yo o ya podemos darnos por jodidos.

Bueno, dos partidas y las dos perdidas.


Nada más reseñable por hoy.



Un saludo.



PD: Como podéis ver en este comentario (*), y otros del estilo, no soy ningún experto en juegos de mesa, ni pretendo serlo. Este blog no es ningún tutorial, ni pretende ser una referencia en el mudo lúdico. Nada más lejos de mi intención, para análisis más sesudos hay otros blogs y canales de youtube muchísimo mejores.



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