62º DÍA DE CUARENTENA

Lluvia que no cesa, tardes de llanto.

Hoy, después de que decantaran las experiencias de juego durante el sueño, he vuelto a darle una oportunidad a Fallout y la verdad es que me alegro. Puede que sea porque este escenario es más fácil, por una mejor comprensión de las estrategia del juego o, por qué no decirlo, fruto de una relectura de las reglas donde descubrí un par de errores en pequeños matices, pero a la postre esenciales, que estas partidas me han gustado bastante más. Por fin le he encontrado un hilo a las historias y una dificultad más ajustada a la partida, me está gustando este juego, nunca llegará a ser uno de mis favoritos, pero no está nada mal. Pienso que para los amantes de videojuego, puede ser una opción muy buena. Además de los problemas mencionados en anteriores entradas, también puede serlo la rejugabilidad, no es un juego que se pueda sacar a mesas de continuo.

Aunque me queda un escenario por jugar me atrevo a ponerle nota: 8. Lo lastran ciertos desajustes entre las historias, unas reglas poco precisas y unos problemas de narratividad que se habrían solucionado fácilmente con añadir una serie de cartas en las que, con un breve párrafo, se pusiera fin a la historia.
He de decir que este es el primer juego que no he enfundado y tampoco se ha acabado el mundo por ello.

Ya estoy pensando en cuál será el próximo juego para cuando acabe con el último escenario de Fallout. Tengo varios candidatos sin estrenar, alguna ventaja debería tener ser un comprador compulsivo, ¿no?

Por la tarde, para que Chispa se quede más tranquilo, me puse a montar unos cuantos Infiltrattors. Cada vez tengo más ganas de jugar a Warhammer 40.000. 

Cuídate mucho. Un saludo.