domingo, 28 de noviembre de 2021

SEMANA 21.48

Lo daría todo por acabar con esta pesadilla.

Perros jugando en la nieve; felicidad en estado puro.


LUNES:

Las malas noticias me quitan las ganas de plantearme, siquiera, el jugar o hacer algo a nivel lúdico. Espero que esta pesadilla acabe lo antes posible y, al final, estemos todos bien y podamos realizar nuestros deseos. Sería tan importante para nosotros... Pero de momento, toca aguantar el chaparrón e intentar sobreponerse a todo ésto. Me temo que va a ser una semana muy triste.


MARTES:

Nada a nivel lúdico.


MIÉRCOLES:

Ídem.


JUEVES:

Más de lo mismo.


VIERNES:

Parece que el sol quiere despuntar entre los nubarrones; la esperanza de un mañana mejor es ahora real. Me he animado lo suficiente como para aceptar una partida de Kill Team con Héctor para mañana.

Mientras tanto he estrenado un juego que tenía por casa desde hace un tiempo; Black Sonata. Es un solitario de movimientos ocultos y deducción. Me ha gustado bastante, pero de momento sigo practicando en el modo fácil.

 

SÁBADO:

Esta mañana ha caído una buena nevada en León, así que hemos tenido que suspender la partida de Kill Team que teníamos programada. Espero que mañana las calles estén practicables. Estas 24 horas de tregua me proporcionan el tiempo suficiente para imprimir las cartas de un comando Tau. Usaré una de las opciones del Compendium, no las de la caja nueva.

Tras unas cuantas partidas al Black Sonata ya he quemado el modo fácil; es hora de dar el salto.

La copiosa nevada que ha caído a lo largo de todo el día me ha despertado una antigua pasión que tenía total, e injustamente, abandonada: la fotografía. Tal es así, que cuando saqué la cámara la batería estaba totalmente descargada, y es que ahora va a hacer 2 años que la usé por última vez. Fue en nuestro viaje de novios, en Sicilia. Recuerdo perfectamente que tenía pensado desconectar la batería, pero un día por otro... Espero que no esté estropeada. Mañana saldré de dudas.


DOMINGO:

Finalmente la batería de la cámara cargó y el sol luce, así que ha desaparecido la nieve de las calles y me podré acercar a la asociación a echar una partida de Kill Team. En un rapto de inspiración, me ha parecido más oportuno llevar a las chicas del Adepta Sororitas. Dicho y hecho; por la mañana imprimí las cartas y tarjetas del comando. La razón del cambio es que recordé que Héctor me comentó que iba a venir con un comando "aún más roto que los Custodes". Casi nada al aparato... Como las Sororitas me parecen un poco más resistentes y confiables me decanté por ellas, en detrimento de los Tau y creo que hice muy bien, porque el rubio se presentó con una colección de Tiránidos, en concreto 10 Genestealers, que sólo tienen ataque cuerpo a cuerpo, con lo que los drones perderían buena parte de su utilidad en esta partida.

Desde el principio, ambos teníamos muy claro lo que queríamos: Héctor puso a todos sus bichos en ocultación y yo a todas mis chicas apostadas. En la primera ronda no hubo disparos, pues en ningún momento tuve visión directa a ninguno de sus agentes, si es que a un ser tan primitivo se puede asignar a esa categoría. Héctor consiguió 1 punto, por la acción propia de la misión y yo 2, uno por la misma razón y otro por controlar el objetivo central. En la segunda ronda, mejor dicho, Punto de inflexión, empezaron los ataques. Lo primero que hice fue lanzar una granada de fragmentación contra un pelotón de Genestealers, que impactó en 3 de ellos. No obstante el resultado no fue tan cruento como yo deseaba y, aunque todos llevaron un recuerdo, solamente uno quedó bastante tocado; a 3 de cascar. Como era de esperar, la pobre hermana sufrió una carga en la subsiguiente activación de Héctor y tuvo el dudoso honor de ser la primera baja de la partida. Pero no dejó el campo de batalla sin dejar su recadito sobre el xeno, con lo que quedó más maduro de un plátano olvidado en la bandeja trasera del coche toda una tarde de verano. Era la primera vez que jugaba con algo que no fuera tan robusto como un marine, de cualquier tipo, pero enseguida me di cuenta que era necesario proceder a sacrificar algún agente si quería tener alguna posibilidad de alcanzar la victoria. Así que lancé una de mis hermanas contra una esquina del tapete, sabiendo que de esa forma distraería al menos un bicho. Es lo que tiene no tener agentes con ataque a distancia. La idea era que pudiera atacar, en el siguiente turno a algún despistado antes de sufrir una carga y, muy posiblemente, pasar a mejor vida. No obstante, la acción estaba en la esquina opuesta del tablero, donde tenía una clara superioridad. Debería haber atacado lo más rápido posible con el lanzallamas pesado, pero tenía miedo de perderlo demasiado pronto tras la carga subsiguiente de los xenos. Visto con un poco de perspectiva, debería haberlo hecho tan pronto como fuera posible porque es un arma realmente devastadora, y aunque era más que posible que hubieran sobrevivido varios agentes enemigos, estarían muy tocados, con lo que podría enfrentarse a la carga con ciertas garantías. Otra razón para haber usado ese artefacto cuanto antes, es que podría pillar a más enemigos; a medida que iban pasando los turnos se iban moviendo, con lo que el número de víctimas potenciales se reducía a ojos vista. Al final de la segunda ronda, la partida estaba en todo lo alto, con muchas bajas por ambos bandos, aunque cometí un fallo muy gordo al mover innecesariamente a una hermana tiradora con un bólter tormenta, lo que hizo que sufriera la carga de un enemigo y desapareciera del mapa. Andando y aprendiendo... En el siguiente punto de inflexión cayó la hermana que tenía desterrada en la esquina donde no pasaba nada, hasta entonces. La pobre no llegó a pegar un sólo tiro, pero es que la acción era vertiginosa en otras partes del campo de batalla. Entre lo más destacable señalar que mi líder cayó tratando de defender un objetivo y que me despisté a la hora de controlar objetivos, con lo que Héctor me adelantó en el marcador. No obstante, tenía una ligera ventaja numérica, que en la práctica fue decisiva al carecer el enemigo capacidad de atacar a distancia. El último punto de inflexión fue muy rápido, pues sólo había 2 xenos y 3 hermanas en pie. Pero mis chicas se mostraron más que suficientes para controlar los puntos claves y al final conseguí una clara victoria a los puntos, aproximadamente 12 a 7. 

Creo que la próxima vez volveré a la carga con las Adepta Sororitas, pues me han encantado y creo que aún pueden dar mucho más de sí, pero para ello tengo que echar más partidas hasta empezar a dominarlas.


Sigue cuidándote mucho. Un saludo.

5 comentarios:

  1. Vaya nevada del sábado, a mí no me dejó ir a las rebajas a por ropa.

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  2. Vaya... Espero que te llegara la cinta de correr.

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    1. pues no, porque era el dia que iba a ir a pillarla de rebajas en decathlon, pero la nieve dijo que no.

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